No hay nada más gratificante que alcanzar el sueño de tener una casa propia, y esta satisfacción se incrementa cada vez más cuando uno la siente como propia. Para esto, no existe nada mejor que arreglar la casa a gusto, haciendo que una simple propiedad se convierta en un hogar. Este momento es ideal para buscar tendencias en decoración de interiores y exteriores, e ideas para remodelar casas.
Sin importar si la propiedad es nueva o necesita cambios radicales, existen varias opciones para remodelar casas con bajo presupuesto, que harán que de a poco vayas dándole a tu espacio tu impronta personal.
Elegir un estilo de decoración
Una casa nueva es como un lienzo nuevo: podés jugar y elegir el estilo que más te guste. Existen muchos tipos de decoración de ambientes: desde el uso de diseños y líneas simples hasta estilos muy recargados; colores claros o estridentes; uso de maderas, metal, o mezcla de ambos; todos los estilos darán una personalidad diferente a tu lugar.
Una de las tendencias actuales en diseño es el estilo escandinavo (también llamado “nórdico”), el cual se enfoca en interiores con colores neutros y muy espaciosos, usando muebles en madera color natural y líneas simples. En caso de que ésta no sea tu decoración favorita otra opción que se encuentra de moda es el estilo industrial, enfocado en “desnudar” la estructura de los muebles y los espacios.
Sea cual fuere tu elección, una vez decidida ya podés buscar qué es lo que necesitarás para alcanzar, según tu presupuesto, ese estilo deseado.
Remodelar casas con sólo una lavada de cara
Aunque no lo creas, el pintar las paredes de una habitación ya puede generar grandes cambios en la identificación de tu casa. No importa el color seleccionado, una pared recién pintada ya da el aspecto renovado que necesita una casa para sentirla propia.
Para seleccionar cuál es el color a utilizar en un ambiente, ya sea en tonos claros u oscuros, podés enfocarte en la teoría del color, la cual explica que los colores generan diferentes sensaciones al verlos: energía, calidez, relajación, pasión. En base a esta teoría, por ejemplo, no sería recomendable pintar una habitación de colores rojos, ya que este color implica vitalidad y energía, sentimientos poco adecuados para descansar.
Pequeños detalles para grandes resultados
Cuando el presupuesto es lo principal al remodelar casas, muchas veces no podés hacer todos los cambios que quisieras. Por esto, un buen truco para hacer cambios con bajo presupuesto es comprar pequeños objetos decorativos que resalten los espacios.
Por ejemplo, podés cambiar los almohadones de tu living por unos nuevos, o retapizar los que ya tenés en tu sillón. Estos pequeños elementos harán la diferencia en tu living, dándole el toque diferente que estás buscando. También, podés colocar diferentes repisas flotantes (estantes en los que no se ven las ménsulas que los sostienen) donde apoyar pequeños objetos que decoren tus paredes.
Otra forma de dar vida a un espacio es colocar plantas de interior. Las plantas crean una nueva energía en las casas, y les dan un toque natural ideal para sentir la calidez de tu hogar.
En caso de que tu presupuesto no permita hacer grandes cambios por ahora, podés ocultar los detalles que no te gustan. Para esto, podés usar cortinas, colgar cuadros o utilizar vinilos en las paredes, y decorar con espejos personalizados, elementos que harán que tu ojo no se enfoque en los detalles sino en el todo.
Por último, en caso de tener muebles antiguos de madera, podés remodelarlos con diferentes técnicas de decapado y patinado, que harán que se vean totalmente diferentes y, de la misma forma, cambiarán el aspecto de tu habitación.
Cuidado con los vicios ocultos
El principal problema al hacer una reforma mayor en una casa son los gastos extraordinarios que van apareciendo, a medida que se empieza a hacer la obra. Por ejemplo, al reformar el baño o la cocina es probable que se necesiten hacer también renovaciones de las cañerías de agua y gas, además de cambiar el cableado eléctrico.
En estos casos es recomendable que, antes de empezar una obra, cuentes con algún dinero extra para posibles urgencias y reparaciones inesperadas. De esta manera, una vez que los obreros empiezan a trabajar se realizan todas las refacciones juntas sin necesidad de hacer la obra en etapas.