“Ser o no ser”, decía Hamlet. Y según lo que escucho entre mis conocidos, yo podría decir: “Seguro para celulares o no seguro para celulares”. Esta es la cuestión de la presente nota. Mientras tanto, para más info al respecto, te remitimos a este sitio sobre seguros.
Un tipo despistado
Permítanme un poco de falta de modestia: voy a comenzar hablando sobre mí. Soy un tipo (bastante) despistado, uno de esos que estacionan el auto y después no recuerdan dónde está o dejan el control remoto del televisor en la heladera (confieso, me han pasado ambas cosas).
De hecho, entre mis amigos un tema frecuente de chiste es mi complicada relación con los celulares. Me ha pasado de todo al respecto: naturalmente, robos, aunque, en realidad, creo que siempre se trató de extravíos que invitaron al robo (esto es una confesión, ya que para evitar el chiste he dicho muchas veces que me robaron cuando no era cierto), roturas y hasta situaciones insólitas que, por decoro, no voy a contar.
Aparte de esto, siempre rehusé todo tipo de seguros. Soy el típico que, lo mismo si se compra el pendrive más económico que la computadora más cara (tengo bastantes historias con computadoras también), siento satisfacción al decirle “no, no y no” a los ofrecimientos que me hace el vendedor para asegurar el artefacto.
La conclusión, como podrán suponer, es clara. Si bien ahora no les digo que sí a cada oferta de seguros, sí lo hago con los seguros para celulares. Dicho en criollo, esto me ha salvado las papas en más de una ocasión.
Ahora bien, pongámonos un poco más serios —un poquito—, y vayamos a la información útil.
Algunos datos sobre los celulares en la Argentina
La compra y venta de celulares robados mueve cifras millonarias por año. Los números oficiales indican que, en la Argentina, se roban más de 5.000 teléfonos por día.
Y los teléfonos móviles ahora son una herramienta de trabajo para muchos de nosotros. Para quienes son padres, es una forma de estar en contacto permanente con los hijos. En fin, se trata de aparatos ya indispensables para bien o para mal.
De hecho, en 2015, en la Argentina había más de 37 millones de celulares. Según datos oficiales, solo un año después, la cifra ascendió a 50 millones. ¿Cuántos habrá ahora?
Otro dato: los equipos preferidos son los smartphones, cuyo precio promedio ronda los 10.000 pesos. Salta a la vista que estropear o perder uno, sea del modo que fuera, es una noticia bastante desalentadora.
¿Por qué contratar un seguro para celulares?
Como les decía arriba, las tasas de robo de celulares son muy altas en la Argentina. Y por su parte, los precios de los teléfonos no son para nada bajos.
Volviendo a mis amigos, muchos de ellos ya tienen seguro para celulares, y son quienes me han recomendado contratar el mío, pero también tengo otros que no. Ellos son quienes no sacan del bolsillo, mochila o cartera el aparato si están es espacios públicos por miedo a que se lo roben.
E incluso así, tampoco se sienten seguros, ya que temen a la modalidad de robo de los punguistas y afines. Incluso tienen hasta miedo de responder una llamada de emergencia si andan por la calle. En pocas palabras, no se sienten tranquilos.
A grandes rasgos, un seguro para celular te da mayor tranquilidad. Lamentablemente, muchas veces un robo menor puede tener trascendencias mayores, y nada hay que hacer al respecto.
Sin embargo, sí podés gozar de la paz mental de saber que si te roban tu smartphone, no vas a tener que hacerle frente también a un contratiempo financiero. Esta, según mi punto de vista, es la principal ventaja.
Ahora bien, existen distintos tipos de cobertura. En este sentido, yo recomiendo asesorarse por empresas aseguradoras, ya que no todas ofrecen los mismos servicios e, incluso, no todas manejan los mismos valores.
Veamos, de todos modos, cuáles son los tipos de seguro más comunes y cuáles son sus características.
Tipos principales de seguro para celulares
Seguro contra robo
Estas coberturas solo te protegen ante casos de robo. Por su parte, el hurto queda excluido. ¿Te preguntás cuál es la diferencia?
El primer caso, el robo, es la apropiación de un bien material ajeno mediante el uso explícito de la violencia.
En el segundo caso, el hurto, ocurre la sustracción de un elemento ajeno, pero sin recurrir a la violencia ni a ninguna clase de enfrentamiento entre dos o más personas.
Sí, al fin y al cabo, el segundo caso también es un robo, de acuerdo con el uso ordinario que hacemos del lenguaje.
La diferencia estriba en que si, por ejemplo, nos quitan el teléfono de la cartera sin que nos demos cuenta, no hay “robo” sino hurto. Lo mismo si, por ejemplo, nos olvidamos el celular en la mesa de un bar y cuando volvemos, el aparato ya no está.
Si en cambio vamos hablando por teléfono mientras caminamos por la calle y, de pronto, alguien pretende quitárnoslo de las manos y forcejeamos, estamos ante un considerado robo.
Esto tiene que ver con que, para poder hacer valer la póliza, debemos realizar una denuncia policial previa.
Seguro contra accidentes
Imaginemos que, nuevamente, vamos caminando por la vereda mientras hablamos por teléfono. Y, sin darnos cuenta, nos chocamos contra otro transeúnte que también va hablando por teléfono.
Como consecuencia del choque, se nos cae el celular al piso, con la mala suerte de que cae justo sobre una piedrita y se le raja su pantalla. Esto es lo primero que vemos, pero cuando queremos volver a prenderlo, ¡otro problema!, no prende.
En ese caso, si contamos con un seguro contra accidentes, la póliza nos cubriría. La condición que suele imponer este tipo de servicio es que se debe demostrar que la rotura es el resultado de un accidente, es decir, un hecho acaecido sin premeditación.
Ahora sí, para poner cierre a esta entrada, queda en manos de cada uno decidir si quiere o no un seguro para celulares. ¡Yo lo recomiendo!